VISITA A LOS CORRALES DE ROTA, MONUMENTO NATURAL DE ANDALUCÍA

Dentro de las actividades extradeportivas de la Escuela de Baloncesto del  C. B. Rota, el pasado 24 de mayo, fuimos de visita a los Corrales de Rota, Monumento Natural de Andalucía, donde Andrés Barba, vicepresidente de la asociación de corraleros, educador medioambiental y buzo profesional de la armada retirado, nos adentró en la historia, hábitat y conservación de los Corrales, explicándonos en su definición: “Conjunto de construcciones sobre la franja intermareal de las playas de Rota y Chipiona, en la costa nor-atlántica de la provincia de Cádiz, ligadas a un arte de pesca tradicional desde la época romana. El límite queda definido por una línea poligonal que incluye una pradera de fanerógamas y los ocho corrales”

Andrés comentó a los presentes, que: “Un monumento natural es una de las figuras de protección legal de espacios naturales andaluces recogidas en la Ley 2/89, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. Un “monumento natural” es, por lo tanto y ante todo, un Espacio Natural Protegido.

La declaración de un enclave como Monumento Natural tiene como objetivo prioritario “la conservación de sus valores naturales y paisajísticos y su puesta en valor como recurso para el uso público y la educación ambiental”.

El corral que visitamos es el llamado “San José” (conocido por el de “en Medio”) tiene una superficie de 5Ha. 36 a. y 74 ca., es el corral más accesible.

Las paredes de los corrales son obras perfectas y consistentes, capaces de resistir la furia de los temporales. Las piedras están perfectamente encalladas unas en otras, llegando hasta una altura de metro y medio a dos metros en algunos sitios, contando desde el fondo del agua, y una anchura de un metro o algo más. A cierta distancia tienen dichas paredes unos desagües o caños para que al efectuarse el reflujo del mar salga el agua y no puedan salir los peces, pues al intentar hacerlo tropiezan con el enredado que poseen los caños, teniendo que buscar refugio en las oquedades de las rocas o en las pozas reducidas.

Es curioso observar cómo a medida que se va verificando el flujo de la marea,  van penetrando los peces. Muchas veces se ven entrar, con el oleaje, las bandadas de lisas; en turnos sucesivos penetran las de menor tamaño, después las medianas, y así hasta las más grandes, originando un espectáculo curioso, sobre todo cuando el oleaje es normal y el sol brilla.

Sobre la Técnica: Andrés comentó que es la tradicional, con pautas ancestrales. Al haber dos mareas bajas al día – o cada 24 h. hay un despesque diurno y nocturno.

En los pesqueros o pozas poco profundas hay hueco (solapas) donde se cobijan los peces, pulpos… y es en ellos donde hurgan los corraleros-mariscadores, los únicos autorizados para el despesque.

Ellos deben cumplir normas de conservación y defensa de las especies y ecosistema marino. Por ello hay: periodos de veda donde está totalmente prohibida su captura.

Son especies que podemos encontrar:  chocos, pulpos, camarones, urta holandesa, corvinas, boquerón, morena, safío, manta, baila, robalo, borriquete, herrera, chapetón, dorada,   etc…

También nos habló de: Pepino de la mar, Holoturia, celentéreo marino no comestible (en Rota), frecuente en la zona rocosa intermareal, y que son muy apreciado por los chinos pues ellos si los comen.

Caracolas, los congresos moros, mariquitas, etc…

Fue una tarde muy interesante, tanto para los padres/madres y alumno/as de la Escuela de Baloncesto, así como, para los monitores y directivos de la misma, toda vez que Andrés nos trasmitió sus conocimientos sobre el Monumento Natural. Corrales de Rota.

En nombre del Club de Baloncesto Rota, y de sus integrantes, agradecimos tanto a Andrés, como a los miembros de la Asociación de Corraleros de Rota, su cariño e implicación para mantener vivo ese monumento natural con lo que tenemos la gran suerte de contar los roteños.